Café y chocolate de menta

Mañana tengo que hacer una clase de ayudantía, en una Universidad que no nombraré. Además tengo que tomar una prueba, la materia que controlaré será análisis económico del derecho. Esperemos que anden bien los muchachos. Luego tengo que ir a tribunales e ingresar un escrito de 14 páginas.
El miércoles hago clases en otra Universidad, esta vez de Derecho Internacional Privado, una materia que me tiene un poco aburrido, en fin, el trabajo es el trabajo. Lo bueno es que esas clases ya están preparadas, por lo que sólo tengo que repasar.
Todas estas actividades me deja poco tiempo para terminar la memoria, que es lo que me falta para titularme. Espero avanzar más rápidamente después de sacar un par de cosas pendientes. En fin, estoy leyendo un par de libros, que espero comentar en un próximo post, y mañana tengo una invitación a un cumpleaños de un gran amigo. Ayer quise ir al estadio, a ver al equipo sensación del torneo, Audax, claro que se me ocurrió salir tarde, por lo que cuando llegué el estadio estaba lleno y me quedé afuera. Para otra vez será. Lota Schwager volvió a perder, jugando bien, pero sin poder matar. Ahora nos toca con Wanderes, pero a mi juicio estamos en segunda ya.
Por último, ahora me tomo una taza de café con un chocolate de menta, antes de comenzar a preparar la clase de mañana y redactar las preguntas de la prueba, como siempre estaré leyendo hasta las 2:00 a.m., porque me cuesta un siglo concentrarme.

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HISTORIAS DE FERIA II

La familia se dirige hacia el lugar donde se sitúa la feria libre. En el puesto asignado ya les esperan las tarimas, ocho postes que permiten sostener un trozo de lona de unos ocho metros cuadrados, que les protege del sol o la lluvia y unos caballetes, sobre los cuales se pondrán las tarimas en las que se ordenará la mercadería. Entre los tres arman el puesto, ponen letreritos con los precios, acomodan sus productos de manera que sean atrayente. A eso de las 8:30 de mañana terminan el proceso de ordenar y los clientes ya comienzan a circular.
La lluvia ha dejado su lugar al sol, lo que asegura que la clientela será numerosa. Esta es una feria muy grande, más de lo que sugiere el tamaño de esta pequeña ciudad, que no sobrepasa los 40.000 habitantes. Pero esta localidad es el centro de compras y de ventas de una serie de pueblos más pequeños, por lo que la feria es el gran acontecimiento de la semana. Los comerciantes provienen de muchas partes y los productos que se venden son muy particulares y muchos de ellos no se dan en otros lugares: nalcas, digüeñes, pescado seco, tritre ahumado, camarones de vega, changles, frutillas blancas, tomillo, menta, ruda, hinojo, merquen, harina de avellanas, maqui y murtilla.
Los clientes comúnmente son fieles y compran en los mismos puestos siempre, la relación por lo tanto se hace cercana y perdura por años. Se hace tradicional preguntar por la familia y tomarse su tiempo al atender a los "caseros" especiales, a veces ésta forma de atender a la clientela marcan un mundo de diferencia entre un comerciante y otro. La pareja sabe de estos detalles del oficio (son comerciantes por más de 30 años), por lo que le otorgan a cada persona un trato deferente.
A eso del medio día se da el momento culmine de la feria, en la calle no se puede circular libremente, sino a empujones. Los gritos envuelven el ambiente, lo mismo que los olores (agradables y de los otros) y las risas que se multiplican. El buen día hace más agradable el ambiente y hoy no habrá peleas, los roces entre vecinos se archivaran para los días malos.
Ese día el hijo que acompaño a su padre a su madre, prefiere un pequeño trabajito independiente y aprovechando que hay buen tiempo, saca un pequeño recipiente de plumavit y con algunas monedas prestadas por su madre, parte a una pequeña fabrica de helados artesanales y compra 15 helados, con los que recorre la feria y al cabo de un rato los vende todos. Ya se hizo su pequeño capital, por lo que va por más, y así...hasta cerca de las 17:00. Sólo hará una pausa para almorzar a eso de las 14:00, cuando el movimiento se calma un poco. ¿Cómo almuerzan? Algunos vecinos de la feria hacen negocio con los comerciantes, les venden comidas o habilitan bodegas para que guarden especialmente los enseres con los que se arman los puestos. La familia tiene su "casera" a la que todas las semanas les compran su almuerzo y a veces algo para el desayuno.
Por fin llegan las 18:00 horas, el día ha sido largo y duro, pero hoy fue hay motivos para sentirse satisfecho. Los padres vendieron todo lo que trageron y el hijo también se hizo algunas monedas con las que le alcanza para darse algún gusto (una copa de helado con una gaseosa de naranja) antes de tomar el bus de vuelta.
Abordan el mismo bus de todos los viernes a las 19:15, una hora y media después llegan a su ciudad y en el paradero los espera, como todos los viernes a la misma hora, su fiel perro de pelo largo y negro.

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Historias de Ferias

Jueves de noche, a eso de la una de la mañana, la mesa del centro del comedor esta cubierta de legumbres, sobre ella también hay una pesa, mientras varios de los miembros de la familia las limpian, retirando rastros de maleza y piedrecillas, la mamá las va envasando y pesando, cada bolsa debe tener un kilo exacto. Luego de terminar con este tedioso trabajo, algunos vencidos por el sueño, van a dormir, mientras la madre y el padre siguen trabajando. Es el turno de ordenar las especies que también se venderán en la feria del día siguiente. Los cominos, oréganos, pimientas y otros, son puestas en un bolso de plástico, ahí también van las pequeñas copas que hacen de medidas, a las que se adjudicará diferente valor. Finalmente, se ordenan los pescados secos que van en otras cajas algo más grandes, se ordenan por tamaño y calidad; mientras más blanca la carne seca, más valioso es; el tamaño también es un factor y por supuesto la combinación gran tamaño y carne muy blanca es la que otorga mayor precio. Después, ya cerca de las tres de mañana, se van a dormir padre y madre por un rato.

A las 6:00 am y mientras llueve torrencialmente, todos se levantan. Ese día, los acompaña un amigo de la familia , el que les ayuda a cargar una de las cajas, la levanta y se la pone en el hombro, mientras otros miembros de la familia hacen lo mismo con las demás cajas y bolsos (unos seis o siete bultos en total). La familia vive en un cerro, el que deben bajar a pie, para tomar el bus que lleva a padre, madre y a veces a alguno de los hijos a la feria en la que trabajan. Su lugar de trabajo está en una pueblo a casi 50 kilómetros de distancia, por lo que hay que llegar a la carretera que cruza la pequeña ciudad y hace también de calle principal. Una vez en el paradero, a la hora precisa, pasa el mismo bus de siempre, con el mismo conductor de siempre, con el mismo auxiliar de siempre. Suben los bultos, sube el padre, la madre y uno de los hijos (el que ese día los acompañará, para no estar sólo en casa), saludan a varios de los demás comerciantes que viajan con el mismo destino y, que con toda seguridad, han hecho una rutina similar la noche anterior. Arriba al fin, una hora y media de viaje. Dormiran un rato, para reponerse del esfuerzo, aunque a veces en una localidad intermedia, compran tortillas con mariscos y un café y desayunan mientras los pueblos pasan por la ventana del bus.
Finalmente llegan a su destino. La lluvia ha cesado y el día parece bueno; bajan los bultos, los transportan hacia el sector que ocupa la larga hilera de puesto de bulliciosos comerciantes. Comienza la jornada en la feria libre, en un pueblo del sur de Chile. Lo que ocurra en la larga jornada, será otra historia.

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Libros del mes

1.- La ética protestante y el espíritu del capitalismo: Libro escrito por el sociologo aleman Max Weber. La tesis central de este estudio es la vinculación de la religión protestante con el éxito del capitalismo, en especial en la Inglaterra puritana y en los Estados Unidos. Muy interesante el análisis acerca de la diferencia entre protestantes lutaranos y calvinistas y el acercamiento a las concepciones puritanas. la lectura se dificulta un poco por las largas notas de pie que salpican el texto.
2.- "Europa y la expansión del mundo (1415-1715)": Este libro de John Horace Parry, aborda una interesante época de la historia, en la que se producen los grandes descubrimientos geográficos, la apertura de la ruta de oriente y la colonización de las Américas. Es interesante para quien no conoce los pormenores de la colonización de norteamérica, en especial del Canadá. Interesante es la revalorización de las observaciones de Amerco Vespucio. Gran libro.
Sé que no es mucho, pero ahora estoy comenzando un par nuevo, "El Imperio Bizantino" y "Cuentos Tradicionales" de León Tolstoi y veremos si cae algo más.

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Flor María

Ayer mientras me tomaba unas cervezas con varias amigas y amigos, comencé a recordar las desafortunadas historias de las tías de mi mamá. Una de ellas ya la conté en un post anterior (el bisabuelo), la otra, la historia de Flor María la cuento brevemente ahora.
Flor María era la hija menor de Hermenegildo mi bisabuelo., ella tenía un carácter más fuerte que su hermana menor, sea por eso, sea por que algo en el fondo del alma de su padre hizo que le remordiera la conciencia, nunca intento casarla a la fuerza, tal como había intentado hacerlo con su otra hija. Para que se hagan una idea, estamos hablando de 1940, en una zona rural del sur de Chile, lo que significa muy poca educación, mucha pobreza y aislamiento.

Flor María poco después de la muerte de su hermana, comenzó a viajar Curanilahue, el pueblo donde vivía su hermano mayor, con el fin de ayudar a cuidar a la familia de éste, que había quedado huérfana tras la muerte de mi abuela. En esa casa Flor María vivió de todo, ayudó mucho a sus sobrinos, soporto el asqueroso acoso sexual común en la época. En ese entonces (como también ahora, sólo que hoy hay más medios) la vida en Curanilahue era muy dura, mi abuelo, como muchos era un minero del carbón y pasaba sus sufrimiento y penalidades ahogado en alcohol. Muchas veces mi abuelo llegaba a casa borracho, en compañía de sus amigos y Flor María, una niña de sólo 17 años debía soportar el acoso de esta tropa de hombres embrutecidos por la vida y las penurias. En medio de este horrible panorama, apareció un tipo extraño, que trabajaba en los campos cercanos. De los datos que he rescatado no he logrado confirmar su nombre, le llamaremos "Alonzo", pero si que era comunista, leía a escondidas de los patrones y se reunía con los demás campesinos en las noches. Se conocieron en la pulpería, se gustaron y se comenzaron a ver de noche, en secreto. Alonzo no era bien visto, era díscolo, no bajaba la cabeza y leía, eso no estaba bien para ser peón de fundo.
En 1949, se juntaron dos hechos, uno a nivel país y otro a nivel humano. A nivel país González Videla promulgó su célebre Ley de defensa de la Democracia", que puso a los comunistas fuera de ley y se ordenó su arresto y deportación donde quiera que estuviesen. A esa aislada zona el decreto tardaría en llegar, pero llegará. En eso Hermegildo llegó a Curanilahue, enfermo a ser cuidado por su hijo y su hija. En cama mientras era atendido por Flor María, intento abusar de ella, pero estaba demasiado débil. Si esto no fue más que un recuerdo de lo que pasaba en el campo, no lo sé, pero sospecho que sí.
Después de esto Flor María estuvo dispuesta a cambiar esa vida por cualquier otra. Pocos días después, Alonzo vino una noche de lluvia; la persecución había llegado a Curanilahue, Flor María aprovechó que su hermano estaba de fiesta en la cantina cercana y su padre dormía, besó a sus sobrinos, les dijo que cerraran la puerta y se perdió en la negra oscuridad, para nunca volver a saber de ella.

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