jueves, junio 22, 2006

LITERATURA

A esta altura, me gustaría hacer un par de comentarios, que no tienen relación con las historias que he venido relatando, sino sólo con uno de mis gustos particulares, esto es los libros. Respecto de mis libros favoritos y para hacer más simple la tarea de escribir (y de leer) es que tal vez el mejor camino será comentar alguno de ellos.

Siempre cuando tengo que recomendar algo para leer se me viene automáticamente a la memoria "Crónicas Marcianas", de Ray Bradbury, libro que he releído más de 10 veces. Bradbury tiene una característica, él no hace ciencia ficción, hace fantasía, agregándole un toque de poesía a sus relatos. Debo confesar que los libros de poemas se me hacen un tanto pesados para leerlos por sí solos, (de hecho sólo he leído completos unos cinco libros de poesía), sin embargo Bradbury deja caer versos que actúan como música insidental del drama que va desarrollándose en sus cuentos. Un ejemplo hermoso de ésto ocurre en su historia "Aunque siga Brillando la Luna", en la que cita un genial poema de Lord Byron, que suena como el mejor blues de los marcianos que se han ido:

"Por tanto nunca más pasearemos hasta altas horas de la noche,

aunque el corazón esté enamorado y aunque siga brillando la luna,

pues la espada gasta la vaina,

y el alma gasta el pecho,

y el corazón debe detenerse, para tomar aliento,

y aunque la noche se hizo para amar,

y el día vuelve demasiado pronto,

nunca más pesearemos a la luz de la luna."

Igual cosa ocurre con uno de los más bellos cuentos, "Yla", en el que la protagonista canta como estribillo de su nueva ilusión:

"brinda por mi con tus ojos y yo te prometeré con los mios, o deja un beso en la copa y yo no pediré vino."

Las historias nos dan un resumen de nuestros mejores reacciones (Encuentro en la noche, Los largos años, el picnic del millón de años), donde los seres humanos ante lo peor sacan lo mejor de sí y uno como que cree de nuevo en la gente. Pero también esta lo más feo de nosotros (Aunque siga brillando la luna, User II, El Marciano, Vendrán Lluvias suaves), y en esos momentos sólo dan ganas de cerrar la puerta de la humanidad por fuera.

Hay momentos en que sentí miedo (La Tercera Expedición) y también dolor, como con las negras nubes que se asoman mientras cae la radiación ("Vendrán Lluvias Suaves", Good bye, blues sky de Pink Floyd le hubiera venido bien a este cuento, ahora que lo pienso) y también tuve tiempo para reírme (Los Hombres de la Tierra).

Este libro es un oasis de belleza, que espero se animen a disfrutarlo.

Al final les dejo un hermoso poema que aparece en el cuento "Vendrán Lluvias Suaves"

Vendrán lluvias suaves y olores de la tierra

y golondrinas que girarán con resplandeciente sonido;
y ranas que en los estanques cantarán durante la noche

y ciruelos de tembloroso blanco;
y petirrojos que vestirán plumas de fuego

y silbarán sus canciones en los alambres de las cercas;
y nadie sabrá que hay guerra, nadie se preocupará del fin de la guerra.
A nadie le importará, ni a los pájaros ni a los árboles,

si la humanidad se destruye totalmente;
y la misma primavera, al despertarse al amanecer,

apenas sabrá que hemos desaparecido.

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viernes, junio 09, 2006

ALGO DE POLÍTICA

De mi paso por la Universidad tengo buenos y malos recuerdos, algunos referidos a temas personales, de los cuales por supuesto no diré nada en estas páginas. Pero de los malos recuerdos destacan aquéllos referidos al llamado "Movimiento Estudiantil". Durante mi estadía en la Facultad hubieron dos tomas, la de 1997, que fue el año en que entré a la U y de la cual no participé mayormente, sin embargo creo que fue el comienzo de la flexibilización del currículum, lo que a la larga se demostró con un buen logro. Pero de a poco mientras los centros de alumnos se sucedían, cada vez me parecía que los discursos eran más iguales, retórica vacía, órdenes de partido, las mismas frases hechas. Al poco tiempo se entiende que a la altura de la Universidad no hay libertad, ya todo está demasiado impregnado de las carreras personales, el ser dirigente estudiantil es la escuela de donde los mismos de siempre sacan a sus nuevos cuadros, esto último quedó desnudo en la toma de 2002, en la que yo participe a lo menos tres días, sin quedarme a dormir, ya que sufro una afección pulmonar crónica y una pulmonía me podía matar.

La cosa comenzó bien, todo bien organizado, en unidad con las otras facultades, parecía que la FECH había comenzado a ponerse a la cabeza de algo bueno al fin, contaba con casi todas las universidades públicas

El martes de la segunda semana se votó por seguir en toma, con la participación más alta que recuerde, más de mil estudiantes o sea el 70% de los matriculados en Derecho. La idea era tratar de influir sobre temas como el crédito, las becas y la LOCE, en especial sobre la acreditación universitaria, me parece que había alguna modificación a la ley marco de las Universidades en discusión.

Recuerdo una asamblea muy concurrida el día jueves de la segunda semana de toma, se hablo de sacar la toma a la calle con movimientos artísticos y cosas que llamaran la atención, pensé sinceramente que algo nuevo venía. Sin embargo, el día viernes en la tarde, estando en mi casa me llegó el rumor de que la toma se bajaba, el día sábado vi en el noticiero de medio día que la toma se había bajado ¿Qué había pasado? Una orden de partido había mandado bajar la toma, así que se llamó por nuestros líderes, vía mail y celular a los conocidos de la directiva el viernes por la noche y se votó el sábado por la mañana, así con menos de 100 votos se acabó la movilización en la escuela y para mi quedó claro que los dirigentes de la escuela de derecho no se mandaban solos y que quienes los mandaban no eran precisamente los alumnos.

Lo que ha pasado con los pingüinos me llena de satisfacción, ellos no salieron cagados por la niñez de todo el que tiene más de 20 años en Chile, no tienen el conformismo idiota de administrador público que infecta a la concertación y que hace que no reclamemos por nada. En cualquier país civilizado el caso que acabo de relatar hubiera implicado colgar a la mesa directiva del árbol más alto de la Facultad, en el nuevo orden de los pingüinos esos dirigentes hubieran aparecido en el zanjón de la aguada con un tiro en la cabeza, en mi generación pusilánime y conformista, hicimos lo más fácil, dar la vuelta y seguir estudiando.

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