martes, marzo 25, 2008

Vacaciones II

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En el hospital regional de Concepción poseo una ficha médica de gran extensión, en la que se detalla con lujos mi enfermedad, esto implica que los médicos de ese hospital podían conocer con toda precisión mi historia clínica y con ello darme un tratamiento adecuado de mis particulares características. Eso era lo que me daba tranquilidad dentro de todo, porque el servicio de medicina del hospital de Concepción dejaba mucho que desear y de hecho, alimentaba mis peores temores.
¿Por qué digo lo anterior? Porque las moscas rondan por todos lados, tanto en salas como pasillos. A ello se suma el hacinamiento que provocaba que hubiese pacientes hospitalizados en los box de urgencia o agregados al número "normal" de las salas. Yo estuve todo un día hospitalizado en box y después el resto de mi internación lo pasé en una cama agregada a una sala con 8 personas más.
El colmo de los horrores lo viví a los tres días de mi llegada, eran como las 20:00 horas y había caído una lluvia sobre la ciudad, la que había finalizado unas horas antes, me levanté para ir al baño y lo que vi me dio mucha pena, los lavamanos estaban totalmente cubiertos de pequeños bichos de color verde. Al entrar en uno de los baños me encontré de frente con una cucaracha.
Después de ese espectáculo lo único que se me pasaba por la mente era tratar de mejorarme lo antes posible, para no tener tiempo de agarrar una infección intrahospitalaria. Con ese ánimo regresé a mi sala, donde hice buenas migas con el interno que me atendía, con varios de los pacientes y con el kinesiólogo que resultó ser de lo más competente que he visto en mis años como usuario de esa clase de atención.
También conté con la visita diaria de mi mamá y de mi hermano y con los numerosos llamados de mis amigos, lo que sumado a que me sentía en buenas condiciones de generales,me hacía más llevadero el asunto. Aún así pasaba todo el día leyendo diarios y escuchando radio, con el fin de evadirme, de cierta forma, de lo que estaba viviendo.
Médicamente, me dijeron con el asunto no era tan de cuidado como me dijeron cuando me internaron y que como había estado sin fiebre y en buenas condiciones generales, bastaba con 5 días de tratamiento antibiótico intravenoso y 3 días más tratamiento oral. Así, al séptimo día me dieron de alta, sin radiografías de control, ni exámenes que corroboraran mi real estado. De esta manera el 5 de marzo me fui a casa de mi hermano, donde pasé dos días y el día 7 tomé el bus rumbo a Santiago; quería llegar lo antes posible a mi departamento, desgraciadamente a veces los deseos no se cumplen...

2 comentarios:

Paitomena dijo...

Pucha q lata!!!!demasiado acontecidas tus vacaciones poh!!!Especialmente para ser las primeras en tanto tiempo...a lo mejor por eso te sentiste mal, de la pura emocion de estar nuevamente de vaca, tus defensas se fueron a las pailas.
Espero que ya estes mejor.
Saludos,
Pao

Anónimo dijo...

kuek, tómate otras vaca pu....
saludos
marco...jijiji