sábado, marzo 22, 2008

Vacaciones I

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La última semana de febrero decidí darme unas cortas vacaciones, después de 6 años de no tenerlas, así que me fui a Concepción a casa de mi hermano. Viajé el día 23 de febrero, llegué directamente al estadio, para ver a Deportes Concepción contra Universidad Católica (partido que ganó Concepción). Al otro día fui con mi sobrino a ver a Fernández Vial contra San Luis y el día lunes 25 tomé un bus con destino a Lebu, ciudad que está a unos 100 kilómetros de Concepción, con el objeto de visitar a mi mamá que se encontraba en casa de mi hermano. Nunca pensé que esa sería quizá una de las peores decisiones que he tomado en mi vida.Primero que todo debo aclarar algo para que el relato tenga sentido y es que sufro de una enfermedad pulmonar crónica, la que me hace sensible a los climas húmedos y frios. Pues bien, Lebu es una ciudad especialmente fría y húmeda, sin embargo en mi defensa debo decir que era 25 de febrero o sea, pleno verano, así que jamás pensé que el tiempo iba a estar como de verdad estuvo. Lo cierto es que mientras el bus se asomaba por los cerros que rodea la ciudad, aparte de la vista espectacular del pueblo, del río que lo atraviesa y del mar al fondo, pude ver con espanto que atravesábamos una densa bruma que iba cayendo lentamente sobre el valle. Mi inquietud subió al máximo y aumentó cuando bajé del bus y sentí el aire y el viento que comenzaba a bajar. De todas formas pasé una tarde tranquila, si bien ya me sentía algo congestionado. Almorcé en el mercado local, donde mi hermano Cristián tiene un bonito puesto y después me fui a la casa de mi cuñada y mi sobrina.
Al otro día también almorcé en el mercado, fuimos a dar una vuelta por varios lugares del pueblo y no me sentí sino algo más congestionado de lo habitual. Sin embargo, cerca de las 19:00 tuve un síntoma inquietante, escupí algo de sangre. Lo atribuí al esfuerzo causado por la congestión, así que decidí descansar y partir a primera hora del día siguiente para Santiago y ver médico allá, además de no correr mayores riesgos. De todas formas a la mañana siguiente fui al hospital de Lebu a ver si me atendían de urgencia. Me atendieron: me hicieron una nebulización y me inyectaron un corticoide, pero como no tenía fiebre, ni dolores ni nada me dijeron que me fuera para mi casa. No quedé para nada conforme con eso, así que tomé un bus de vuelta a Concepción y en vez de irme a la casa, me fui al hospital Regional de Concepción, donde me ordenaron algunos exámenes y estuve desde las 14:00 hrs. hasta las 21:00 esperando alguna decisión. Finalmente concluyeron que me debía internar con un tratamiento que se suponía duraría alrededor de 21 días. Pasé la noche en una camilla y al día siguiente me subieron a una pieza y pude dormir en una cama, leer los diarios y escuchar radio. Me sentía bien en terminos generales. Corría el día 28 de febrero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

kuek

cariños marco