viernes, febrero 01, 2008

Trabajo

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Es muy difícil mezclar los asuntos de trabajo con las amistades. En realidad el tema es complicado, ya que para la gente que tiene una extracción social modesta y que no disfruta de una posición social de privilegio, las amistades toman un papel muy importante, ya que son las redes sociales las que ayudan a superar esta desventaja. Sin embargo surge el gran problema de que muchas veces uno no tiene porque compartir las percepciones o sensibilidades sobre como se trabaja con los amigos. Me explico, en derecho, uno puede tener posturas muy diferentes a las que sostienen nuestros amigos, lo que mal manejado provoca roces muy difíciles de controlar.Otro de los problemas que se presentan es cómo manejar la relación con el cliente, en los que los roces también son frecuentes y las maneras de manejarlos también pueden producir desacuerdos serios. A ello hay que agregar que el dinero siempre puede ser un factor de discordia. Supongo que es obvio pensar que estos y otros problemas se pueden dar con personas que no son nuestros amigos, eso es claramente así. Pero precisamente en el caso de sus amigos uno puede tomar la opción de evitar tener roces por temas de carácter monetario. Con los compañeros de trabajo que no son amigos uno puede tener buenas o malas experiencias, pero uno las circunscribe únicamente al plano laboral. Arriesgar amistades largas a mí por lo menos me pone un poco mal. Quizá esté totalmente errado (muchos me han dicho que si), pero a lo menos uno debiera hacer un diagnóstico de cuales son las maneras de manejar ciertos asuntos por los amigos con los que se trabaja, y además examinar si existen diferencias profundas en la manera de encarar los asuntos de trabajo. Si las diferencias son demasiado marcadas, uno debería pensar en no involucrarse laboralmente con esos amigos, a riesgos de perder negocio y amistad. Yo en realidad a veces he pensado que uno no debería trabajar con los amigos, pero eso debería calificarlo más como una reacción a ciertos episodios desafortunados y no como una decisión meditada.

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