jueves, febrero 15, 2007

HERMANOS PRADO PARTE I

He avanzado bastante en la historia de los Prado Salazar, en especial me tomado tiempo en relatar la historia de Juan Prado Viveros y e forma incidental, toqué algunos puntos de la historia de Irene, una historia que aun no pueo escribir por razones que me las guardaré por ahora.
Corresponde pues, escribir algo sobre el producto de la unión de estas dos personas, que como ya habrán adivinado es la unión de dos historias poco afortunadas y que por quizá que azar dio de resultado 4 personas que me parecen seres humanos bastante razonables.
Como creo haber contado antes Juan Prado Viveros e Irene Salazar tuvieron 4 hijos de su matrimonio
- Juan Bautista, nacido en 1969
-Marco Antonio, nacido en 1970
- Nelson Omar, de 1973
- Marcelo Alfonso, en 1975
Como esta es una introducción creo que debo hablar de algunas generalidades y luego en entradas futuras presentaré una pequeña biografía de cada uno de estos hermanos (menos de mi, claro está)
Ser un Prado Salazar implicaba básicamente dos cosas, vivir en Cerro Obligado en la Ciudad de Coronel, un barrio pobre de una ciudad pobre, con mucho riesgo social, de hecho por diversas circunstancias ninguno de nosotros terminó su educación de forma regular. Cerro Obligado estaba cerca de la caleta Lo Rojas de Coronel, donde en ese tiempo bajábamos a buscar el pescado para ir a vender a la feria o para el almuerzo.
Lo segundo que implicaba, y que he insinuado otras veces, es que ser Prado Salazar es estar cerca el comercio, nacimos en el comercio, vivimos en el comercio y para mi papá el ciclo fue completo, ya que murió en el comercio.
Yo personalmente siempre odié esa vida, nunca pudo gustarme, aunque debo decir que tiene su encanto, por ejemplo el no tener jefe y conocer a mucha gente, peo los sacrificios y los malos ratos (incluyendo malos tratos de clientes y colegas) no lo compensan.
Todos alguna vez trabajamos en la feria con mis padres, pero ninguna actualmente se dedica a eso, todos abandonamos esa profesión y creo estar bastante seguro de que ninguno quiere dedicarse a ello nunca más.
Es curioso pero si se nos mira a los 4 es probable que no se adivine el parentesco, ya que no nos parecemos en nada físicamente, pero si se nos conoce, bueno ahi es otro cuento, todos compartimos el mal carácter de mi papá y lo corto de genio de mi mamá.
En las entradas sucesivas conocerán a los Prado Salazar, espero que les agraden.

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domingo, febrero 04, 2007

CORPORACION

Para los que no saben, quien desee ser abogado, además de sus estudios de pregrado debe cumplir con tres requisitos:
1.- Dar un examen de grado
2.- Hacer una memoria sobre algún tema jurídico
3.- Realizar una práctica profesional de 6 meses en una institución denominada Corporación de Asistencia Judicial o en alguna institución de asistencia gratuita que sea reconocida por el estado.
Pues bien, yo he este momento estoy realizando esta práctica, que básicamente es pagar al estado en trabajo por el título de abogado.
El estado garantiza una igualdad ante la ley y que si una persona no cuenta con recursos para asistencia legal, se le proporcionará asistencia gratuita. En teoría, la Corporación es la que concreta esta afirmación. O sea, el Estado considera que garantiza el derecho al acceso a la justicia asignando estudiantes en práctica, a l0s que no se paga, a las personas que más lo necesitan. Ese es el concepto que me interesa subrayar, que el Estado le dice a las personas menos aventajadas que sus derechos serán defendidos por personas con poca o ninguna experiencia, a los que además no se les paga.
Tal concepto demuestra lo desigual de nuestro sistema social, donde el Estado no invierte NADA para defender a los más necesitados y grava a un segmento de futuros profesionales con 6 meses de trabajo no remunerado para proporcionar un servicio que es su deber entregar.
Cabe preguntarse que clase de sociedad se puede construir cuando no se proporciona, desde el punto de vista de la justicia, una igualdad efectiva en la defensa de los derechos de los menos aventajados, que son quienes debieran contar con una defensa más fuerte.
No hablo de los resultados particulares de un caso concreto, ya que me consta en estos meses, que hay trabajos maravillosos por parte de muchos postulantes y abogados que han dado resultados más allá de lo que se podría pensar, sino que me interesa que se reflexione acerca de la clase de justicia que se ofrece a las personas en este Estado subsidiario. Una justicia de costo mínimo para el fisco, sin ninguna garantía de éxito o buen servicio.
Finalmente, habría que señalar un par de cosas respecto a las condiciones de trabajo de estas Corporaciones: son lamentables, no hay computadores suficientes, salas decentes de atención al público y lugares donde dejar las cosas cuando se va a trabajar. Obviamente de dinero para locomoción, teléfono o colación ni hablar.
Así nuestro querido Estado busca garantizar la igualdad de las personas, con razón somos el país con la brecha social más grande américa.

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