jueves, enero 24, 2008

Estadios y comidas


Muchos saben de mi afición por el fútbol y lo mucho que me gusta ir al estadio. Hoy estaba aburrido en mi depto y fui a ver un partido intrascendente, no me quedaba otra; era el único que había en cartelera: Audax V/S C.D. La Serena. El partido fue ahí no más, aunque de todas formas lo pasé bien, porque me gusta disfrutar del ambiente del fútbol. Por eso no voy a ver ni a la U ni Colo Colo, ya que en esos partidos no hay ambiente de fútbol. El caso es que en el entretiempo me dio hambre, así que me asomé hacía el único puesto de comida que había en la parte del estadio donde me encontraba sentado y ahí se acabó el buen rato.En el estadio monumental sólo hay unos puestos "oficiales" de comida, que venden unos hot dog por $800, lomitos por $1500 y empanadas fritas 4 por $500, o sea, nada que se pueda comer con gusto.
Por eso se me vinieron a la memoria otros estadios, mucho mejor dotados culinariamnte. Así, mientras deboraba mis aceitosas empanadas, recordé que en el Santa Laura se come pernil palta a $1000, el que acompañado de su salsita verde anima a cualquiera, vaya como vaya el partido. Y si en una de esas se queda con hambre, se le hace empeño a uno de potito a la salida.

En el Federico Schwager de Coronel, son infaltables los berlines y las empanaditas de horno, todo por no más de $300, aunque las empanadas eran bien chicas, aunque de horno. En el Regional de Concepción se comen unas tradicionales sopaipillas gigantes, a $200 creo, acompañadas por un cafecito por $300.
En la Calera comí un completo en un carrito que estaba instalado cerca de donde estaba la barra de Lota Schwager. En San Carlos recuerdo que sólo me tomé un café con un paquete de galletas, anda por ahí con el monumental. En el Santiago Bueras no comí nada y al Nacional nunca he ido a ver fútbol.
Por cierto, me falta ir a Puerto Montt donde dicen que venden papas rellenas en el estadio y en Chillán parece que hay choripanes, habrá que comprobarlo en terreno.

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domingo, enero 13, 2008

Mis últimas vacaciones


Mis últimas vacaciones de que tengo memoria fueron el verano del año 2002, creo.
Ese año viajé a Llanquihue, a la casa de la hermana de una de mis cuñadas. Salí desde Concepción, hasta Puerto Montt y de ahí tomé un mini bus a Llanquihue. Después de perderme un rato, di con el cuartel de carabineros, donde trabajaba el esposo de la hermana de mi cuñada.
Me recibieron muy bien, así que pude poner en ejecución mi plan, que era usar esa casa de centro de operaciones, ya que Llanquihue queda muy cerca de otros destinos entretenidos; a media hora de Puerto Varas, a poco más de 40 minutos de Puerto Montt y no muy lejos del lago Todos Los Santos.
El primer día visité Puerto Varas, conocí el casino de esa ciudad. Me gustaron mucho las iglesias y la costanera del lago Llanquihue. Al otro día avancé hacia la cordillera y conocí el lago Todos los Santos, que tiene la increíble particularidad de poseer un color esmeralda. Según lo que supe, esto se debe a que el fondo del lago es volcánico y muy profundo. Después de un rato comencé a caminar por la misma ruta por la que había llegado, con la idea de disfrutar de la orilla del río Petrohue que me había parecido muy lindo cuando lo vi de pasada en la micro en que había llegado al lago. Claro que no contaba con que andaban miles de tábanos que me rodeaban, así que sumado al calor y el camino de tierra, hicieron a la caminata algo menos agradable de lo que pensaba. Pero cuando llegué al río Petrohue, vi que los 9 kilómetros a pie habían valido la pena. El río era espectacular, como esas fotos de calendarios antiguos, agua azul y fría, no pude resistir me a probarla.
Al otro día fuí a Puerto Montt, donde realicé dos actividades: primero visité Angelmó, donde hay un mercado tradicional, en que se come muy bien; lo segundo que hice fue juntarme con una amiga de Coronel, que casualmente estaba de vacaciones en Puerto Montt. Conversamos un rato, nos tomamos un café y nos comimos un pastelito en una cafetería del centro. Hasta hoy, una de las cosas que más recuerdo es los mariscos que comí en Angelmó y un paseo en lancha por la bahía de Puerto Montt.
Al otro día me quedé en Llanquihue para descansar un poco de mis aventuras. Luego de eso, agradecí la hospitalidad de la familia que me había acogido y partí hacía Chiloé donde pensaba pagar en algún lugar barato por una noche, a lo menos. Llegué a Ancud cerca de las 14 horas. Me quedé tirado un rato frente a la bahía y me vino una crisis de soledad, así que pensé tomar el bus de vuelta de inmediato. Cuando ya me iba cargando mi mochila, casualmente pasé por la plaza del pueblo donde había un montón de gente jugando ajedrez. Así que me incorporé al grupo y jugué un par de horas. Después de ese relajo, decidí quedarme por un día, tal como lo había planeado, ya que era todo lo que me permitía el dinero que me quedaba.

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sábado, enero 05, 2008

Año nuevo, vida nueva?

Es entretenido esto de los año nuevo, siempre vienen con promesas, esperanzas, proyectos y los clásicos nunca más (tomo, me meto con quien no debo, fumo, etc.). En mi caso espero que este año me cambie algo la vida, ya que se supone que mi memoria está lista y me debería titular sin problemas este año. Esto me ayudaría a buscar trabajo y a ganar dinero. Esto puede parecer un tanto materialista, pero en realidad sin trabajo y sin dinero es imposible hacer nada. No absolutamente nada peor que querer hacer cualquier cosa y encontrarse con que no se tiene un peso. Además, el punto de los objetivos, tengo unas ganas de tener vacaciones, pero unas vacaciones de verdad. Unas dos o tres semanas en el sur, sin hacer nada, solamente comer y dormir. Hace cerca de 6 años que no tengo vacaciones (quizá sean 7, no recuerdo bien), así que me lloran unos buenos días sin hacer nada.
En el capitulo de lo pendiente, no sé, no he tenido mayores frustraciones, como para decir que esa huevada no la hago nunca más o que ahora si que va ser el año para tal cosa. Mis deseos son bastante simples: Trabajo y vacaciones.

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Libros del mes

Estamos a fin de año y a pesar de las lógicas limitaciones de tiempo propias de esta época, he podido leer un par de libros que comentaré en este post.
1.- "Cuentos Populares"; León Tolstoi: El autor de "La Guerra y la paz" escribió esta colección de cuentos tradicionales rusos donde presenta sus ideales de carácter religioso y moral. La lectura se hace agradable y rápida, aunque habrá gente a la que estas historias les suenen un poco ingenuas, pero quizá hay que mirarlas con los ojos de un tipo bueno e idealista, que asi era, León Toltoi.

2.- "Teodora: Emperatriz de Bizancio"; Gillian Bradshaw: Esta es una de mis manias, el Imperio Bizantino. Esta es la historia de Teodora, esposa de Justiniano I que gobernó el imperio entre 527-565. Mujer de baja extracción social y de peor reputación por ser actriz y probablemente prostituta, supo hacer frente a tales problemas y transformarse en el brazo derecho de su marido. Fue una de las grandes personalidades de una de las épocas olvidadas por el común de la gente. En cuanto a la novela, tiene como punto de partida la aparición de un hijo de Teodora, producto de una de las tantas relaciones previas con un funcionario árabe. Teodora finge asesinarlo, pero lo promueve en secreto como el futuro sucesor de Justiniano, quien no tiene hijos propios. El relato es muy bueno, parece tener una buena documentación histórica y se lee muy bien. Buen libro.
3.- "Dubrovski, el bandido"; Alexander Puchkin:El atractivo de los escritores rusos es innegable, el ámbiente, los personajes, las costumbres, lo ruso siempre tiene un enorme atractivo. Esta es la historia de como un correcto oficial del ejercito ruso de principios del siglo XIX se hace líder de una banda de ladrones. Dubrovsky es hijo de un terrateniente mediano que por es despojado injustamente por un despechado vecino más poderoso. Debido a la muerte de su padre, su hijo emprende una venganza personal. Es llamativa en la literatura rusa como se mezcla la más burda brutalidad de ciertos personajes, con los mayores gestos de grandeza. No falta el toque sentimental a esta corta novela, como siempre redimiendo al ser humano. Muy buen libro.
4.- "2001, una odisea especial"; Arthur C. Clarke: Varias veces trate de leer este libro, hasta que lo logré. Nunca he visto la película completa, pero me han dicho que el final nadie lo entiende. El final del libro si se entiende mejor. Me gustó mucho este libro. Es bastante inquietante y deja muchas preguntas y trata de responder otras tantas. Más que ciencia ficción en muchas partes la historia esta marcada por la búsqueda de las viejas preguntas de la filosofía.

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