miércoles, julio 04, 2007

Chile y Europa



Yo no soy un científico social, sino que apenas egresé de Derecho, por lo que sé un par de cosas por los ramos que tuve durante mis estudios, eso y algunas lecturas sin mucho método. Esto lo digo porque mis reflexiones no las puedo fundamentar como yo quisiera, aun así me gustaría escribir algunas reflexiones sobre Chile y su comparación con países desarrollados.
El tema por supuesto me supera con mucho y es más amplio que lo que permite este modesto espacio, por lo que sólo lanzaré un par de ideas.
En primer lugar debemos tener presente que a mi juicio el medio ambiente y la situación geográfica de Chile ha tenido una gran influencia sobre nuestro carácter, Chile es un país difícil, largo y duro, lo que hace que tengamos algunas notas de solidaridad, pero también somos un lugar extremadamente aislado, por lo que no somos lugar de paso frecuente de diferentes nacionalidades, de esa forma nos resulta difícil buscar puntos de comparación para nuestros errores y nuestros logros. Tenemos una tendencia a mirar nuestros éxitos de una manera desmedida y nuestras fallas también de forma desmesurada. Con un país tan aislado podemos concluir que en realidad no tenemos un contexto regional real, ya que nuestros contactos con los demás países de la región no tienen la intensidad diaria de regiones más densas como Europa o Asia oriental. Basta ver lo raro que nos resulta a la mayoría ver a extranjeros, cosa que es cotidiana en otros países. De esta manera tenemos una sociedad centrada mucho en lo que podemos hacer dentro de casa. A mi juicio no es suficiente con el acelerado desarrollo de las comunicaciones, ya que la realidad diaria es irremplazable, por lo demás las comunicaciones como Internet no son universalmente accesibles y a la masa de la población le sigue pareciendo extraño comunicarse con extranjeros.

Por ello tenemos que por una parte es imposible comparar nuestra realidad cultural con la de otros países, es extraordinariamente injusto juzgarnos con raseros ajenos, ya que no sólo somos un país aislado, sino (y a menudo se nos olvida por esta falta de puntos de comparación a la que hacía mención) somos un país tremendamente subdesarrollado. Somos pobres tanto material como culturalmente, este es un hecho que quien viva o quiera vivir en Chile tiene que reconocer y aceptar. Como también nosotros debemos saberlo y aceptarlo como un hecho y no auto engañarnos y saber mirar un poco más allá de nuestra Finis Terrea. Ese es un deber de todo quien se considere culto. Pero junto con el reconocimiento de nuestra pobreza cultural y material debemos considerar como vivir el día con nuestra gente y nuestras dificultades. Ya mencioné nuestra situación aislada y nuestra falta de roce diario con otras culturas, lo que nos hace tremendamente ingenuos en nuestro trato con las personas que no son parte de nuestra realidad diaria, por lo que podemos tener comportamientos que en otras realidades serían inaceptables, precisamente por nuestra falta de ver otras realidades. Así decir negro para nosotros puede no tener contenido peyorativo alguno, pero a un europeo culto ni se le ocurriría usar una expresión semejante, ya que su contacto diario le indica que eso se interpreta como una severa muestra de racismo. Ahora bien ¿Debemos exigir a un chileno medio que no tiene ese roce que no le diga negro a una persona de color? por supuesto que el desarrollo de una cultura más refinada puede tender a que reprimamos demostraciones que llevan implícito un contenido racista, así como sabemos que el racismo es una realidad en Chile, sino a las personas de origen afro americano, si contra los de origen amerindio. Pero para valorar estas expresiones concretas debemos considerar con mucho cuidado nuestro contexto cultural y la intencionalidad de una expresión en particular. Del mismo modo ocurre con las demostraciones afectivas o con las expresiones que hacen referencia a la apariencia estética de una persona. Dichas demostraciones en otros contextos pueden considerarse como demostraciones inaceptables de sexismos, pero en una sociedad como la nuestra (por supuesto hasta un punto razonable), son consideradas aceptables e incluso como notas de consideración. Ahora bien, este es un punto delicado, como todo lo relacionado con las ciencias humanas se relativizan mucho las afirmaciones de que es realmente un comportamiento correcto. En Alemania se puede considerar como indeseable toda expresión afectiva u observación estética no solicitada por quien la recibe, de esta suerte sería impensable decirle a alguien que es hermoso o hermosa en la calle y podría ser visto como una agresión, eso que en nuestro país es visto como algo corriente y típico. uno podría verse tentado a afirmar cuan civilizados son los alemanes y cuanto respeto tienen por las personas. Pero esta cara tiene sus matices. Estas sociedades son extremadamente frías e impersonales, donde todo es ordenado y aséptico, esa puede ser considerada una externalidad del extremo desarrollo cultural, perder la espontaneidad y el contacto entre las personas, no lo juzgo ni lo valoro, sólo lo hago presente. Por otra parte es bien sabido el racismo latente que existe en estos países y que se manifiesta abiertamente cada vez que existe cierta presión circunstancial, como crisis económica o de seguridad. Por ello las prohibiciones de ciertas manifestaciones verbales se parecen más a represiones de una sociedad que se siente culpable de lo que en el fondo siente a comportamientos sinceros. Se parece más a prescripciones de derechos que expresiones de una moralidad pura de intencionalidad.
Así pues, Chile refleja mucho de su situación geográfica en su carácter y eso es sólo constatar un hecho, somos un país pobre, no de lo más pobre pero si lo somos y nos queda mucho por construir, hoy es más fácil ver más y eso ojalá ayude a un desarrollo más rápido y de mejor calidad. Pero no debemos olvidar que somos parte de una sociedad aislada y que eso nos ayuda y nos perjudica y debemos encontrar la medida justa para valorar nuestros progresos y comportamientos sociales.
Finalmente algo perderemos en este camino, cuanto perderemos de las virtudes de nuestra inocencia, difícil saberlo.

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